Si bien ocurre con frecuencia que haya ciertas rispideces entre maestros y padres de familia, lo cierto es que existen algunas formas de mejorar este vínculo. Y para ponerle un punto final a esa tensión, será necesario que las dos partes colaboren y que el trabajo sea en equipo.
La existencia de una buena relación entre padres y docentes puede beneficiar notablemente a los estudiantes. No solo podría impactar en su mejor desempeño en la escuela, sino también en el hogar.
A continuación, te dejamos algunos consejos para que los maestros y los padres trabajen a la par y puedan así crear un vínculo saludable; lo que contribuirá en el éxito de los alumnos.
A través de la comunicación, los maestros y padres de familia podrán brindar y recibir información de gran relevancia para saber cómo deben tratar con el pequeño. De esta manera, responder a las necesidades que tiene el chico será más sencillo y de una forma más fluida.
Crear un vínculo de confianza es clave para poder compartir las apreciaciones sobre el estudiante y, en ese marco, para apoyarse mutuamente. Como ambos conocen al pequeño, juntos pueden favorecer su desarrollo académico y personal.
Es indispensable que se propicie un espacio en donde puedan intercambiar información, en la medida de lo posible, así como también resolver dudas. De ese modo, si están los dos al tanto de lo que ocurrió en el colegio o en la casa podrán manejarse de una forma más adecuada y atinada para ayudar al chico.
A fin de que exista un intercambio dinámico, es clave que tanto los docentes como los padres de familia lean y respondan la correspondencia escolar continuamente. Esto mantendrá actualizadas con las novedades a las dos partes y no requerirá de grandes esfuerzos.
Siempre y cuando sea posible, es importante asistir a las reuniones de la escuela. Muchas instituciones, organizan estos eventos con el objetivo de realizar un intercambio enriquecedor entre los maestros y padres de familia.
Allí pueden surgir temas relevantes como el progreso de los estudiantes, la dinámica de las clases o el reconocimiento a ciertos alumnos.
Tener buena actitud y mostrarse predispuesto con los maestros es crucial para que los pequeños también lo hagan con ellos. A su vez, esto permitirá aumentar el interés y la motivación de los chicos cuando interactúen con los docentes.
Procurá escuchar lo que la otra persona te quiere decir y, pese a que no estés de acuerdo, evitá las confrontaciones. Decí las cosas de buena manera para no pelear y prestá atención a qué es lo que quiere transmitir el otro; cuáles son sus preocupaciones y sus necesidades para poder llegar a una conclusión sobre lo que se está planteando y actuar acorde a eso.
Siempre hay que tener en cuenta que la prioridad es el alumno y el foco debe estar puesto en qué es lo que mejor le hará al estudiante, a su bienestar y a su felicidad.
Los maestros y padres de familia nunca deben olvidar que ellos pueden conseguir que los niños se desarrollen en un entorno saludable; tanto en el colegio como en su hogar.
Se recomienda antes de dar una crítica, decir algo bueno al principio. Dar elogios sobre los niños al comienzo, puede hacer que el padre de familia o el docente luego reciba una crítica de mejor manera. Cada chico tiene algún rasgo positivo y hay que encontrarlo.
Ahora que ya descubriste cuáles son los principales consejos para fortalecer la relación entre docentes y padres, solo te queda implementar estas prácticas en tu día a día. ¡Y listo! De este modo, tu hijo estará en condiciones de alcanzar el equilibrio perfecto entre la familia y la escuela.