Estar atentos a la presencia de cualquier factor de riesgo psicosocial, e iniciar el proceso para mitigarlo, es muy importante. Sin embargo, no debe perderse de vista la necesidad de seguir fomentando hábitos saludables durante este proceso.
Desarrollarse en condiciones en las que existe un evidente riesgo psicosocial influye enormemente en la aparición de malos hábitos en niños niñas y adolescentes.
Los factores de riesgo psicosocial son elementos que tienen muy en cuenta los expertos al buscar la mejor manera de fomentar hábitos positivos y saludables entre pequeños y pequeñas en condición de riesgo.
Descubre la relación entre el entorno y las condiciones en las que crecen tus hijos e hijas y el desarrollo de hábitos saludables.
El menor y su relación con el entorno
Una de las aproximaciones teóricas más usadas en este tipo de intervenciones es la propuesta por el modelo ecológico, expuesto por el psicólogo ruso Urie Bronfenbrenner.
Antes de adentrarse en el análisis de tipos de riesgos psicosociales, esta teoría propone que:
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La interacción del menor con su familia y entorno inmediato determina su desarrollo.
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Dicha relación cambia en respuesta a factores internos o externos en su medio social.
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Normas, leyes, instituciones y sistemas alteran las interacciones en el núcleo familiar.
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El comportamiento de los menores afecta la forma como sus familiares los cuidan y se relacionan con ellos.
Por ello, es importante detectar a tiempo cualquier peligro psicosocial en el entorno de niños, niñas y adolescentes y actuar rápidamente para mitigarlo.
Riesgo psicosocial y hábitos saludables
Cómo lo explicamos en este artículo sobre prevención de riesgos psicosociales un factor psicosocial que influye bastante en el desarrollo es el de las necesidades básicas insatisfechas.
Otras situaciones negativas son el maltrato físico o psicológico; la crianza en medio de entornos violentos; la falta de afecto, y el abuso de drogas o alcohol en el hogar.
Sin embargo, existen algunos consejos que, como adulto responsable, se pueden seguir para mitigar los efectos negativos, mientras se buscan soluciones de fondo a estas problemáticas sociales:
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Darles ejemplo con una dieta saludable, según las posibilidades económicas
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Tratar de garantizar una habitación o espacio propio para que el menor duerma, estudie, juegue y haga sus actividades
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No encender la televisión durante las horas de la comida
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Servir las comidas en un horario fijo e intentar que sean momentos compartidos en familia
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Responder a las dudas que aparezcan sobre situaciones de riesgo e inequidad en el entorno de los pequeños
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Mantener siempre abiertos los canales de comunicación con los menores
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Brindar mucho afecto y generar confianza en ellos
Mitigar cualquier riesgo psicosocial y no perder de vista la generación de hábitos saludables puede marcar la diferencia entre una vida plena o llena de problemas para un niño, niña o adolescente.