El desarrollo y estimulación desde temprana edad, aporta múltiples beneficios en el crecimiento y futuro de las niñas y los niños. A continuación, te enseñamos qué son las habilidades para la vida y cómo aprovechar todos los momentos cotidianos para fortalecerlas.
Para crecer sanos y felices, los niños y niñas necesitan una variedad de herramientas que van mucho más allá de aquello que les enseñan en la sala de clases. Estas son las llamadas habilidades para la vida: un conjunto de competencias personales, interpersonales y de pensamiento crítico que las niñas, los niños y adolescentes necesitan para llevar una vida productiva y satisfactoria en todas las dimensiones de la vida, según su etapa del desarrollo.
Estas habilidades pueden variar desde el autoconocimiento, hasta la empatía y el manejo de emociones y empiezan a desarrollarse en la primera infancia y continúan fortaleciéndose a lo largo de la vida de una persona, permitiéndole manejar sus pensamientos, sentimientos y expresiones en la vida cotidiana.
En el 2017, World Vision hizo un estudio sobre habilidades para la vida con niños, niñas y adolescentes de sus programas, identificando que solamente el 32% de las niñas y los niños habían desarrollado alfabetización funcional, es decir, la habilidad para no solo comprender lo que leen sino poder aplicarlo en la vida cotidiana. En el mismo estudio, se encontró que el nivel de expresión figurativa, entendida como la capacidad de expresión simbólica de pensamientos y sentimientos, se encontraba muy por debajo de lo esperado para la edad tanto en niñas y niños como en personas adolescentes; lo mismo ocurría con el manejo de emociones.
¿Cuándo se desarrollan las habilidades para la vida?
En World Vision se han definido tres etapas para el desarrollo de las habilidades para la vida:
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Habilidades fundamentales: estas se consolidan aproximadamente en los primeros cinco años de vida y son las más importantes, puesto que son el punto de partida para desarrollar las demás. En esta etapa, por ejemplo, se espera que una niña o un niño tenga destrezas de percepción, motricidad, ritmo y lenguaje.
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Habilidades esenciales: se desarrolla entre los 6 y los 11 años, donde se espera que la niña o el niño consolide habilidades para memorizar, analizar, tomar decisiones, resolver problemas y desarrollar la empatía, entre otros.
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Habilidades aplicadas: se desarrollan durante la adolescencia y entre ellas destacan la capacidad de establecer metas, toma de decisiones, estilos de vida saludables, manejo del estrés, resiliencia, ciudadanía, liderazgo y emprendimiento. En este punto es importante destacar que para que las habilidades aplicadas se puedan obtener, es fundamental haber adquirido las correspondientes a las dos etapas previas. De ahí la importancia de la estimulación de esas habilidades desde el nacimiento.
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¿Por qué son importantes las habilidades para la vida?
Principalmente, porque la vida está llena de obstáculos y desafíos y porque no vivimos solos. Las habilidades para la vida garantizan la resiliencia, no solo para hacer frente a los retos de la vida cotidiana sino para sobreponerse a los traspiés que puedan surgir. Por otro lado, estas contribuyen con el mejoramiento social creando nuevos hábitos familiares y modelos alternativos de crianza para las nuevas generaciones de madres y padres. También, las habilidades para la vida –comúnmente conocidas como «blandas» en el mundo empresarial– contribuyen con mejores oportunidades laborales, pues están por encima de las competencias técnicas y profesionales (conocidas como habilidades «duras»).
5 consejos para desarrollar las habilidades para la vida
Enseñar las habilidades para la vida se logra aprovechando las oportunidades que se dan en lo cotidiano que pueden aportar a su desarrollo y fortalecimiento.
A continuación, te mostramos cinco ejemplos para aplicar con niñas y niños, especialmente en las etapas iniciales del desarrollo.
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¡A jugar!: esta idea puede ser la más simple, pero es una de las más poderosas porque es el medio por el cual las niñas y los niños aprenden, modelan y ensayan situaciones que luego enfrentarán en la vida real. Para lograrlo, hay que entregar tiempo y espacio para que jueguen libremente, idealmente con situaciones que les reten a usar la imaginación y la creatividad, donde no solo reciban pasivamente información, sino que sean protagonistas activos del juego. Con las nuevas generaciones «nativas digitales», por ejemplo, busque videojuegos o actividades tecnológicas que les presenten el reto de crear algo, hacer algo, resolver problemas, y no solamente actividades mecánicas y monótonas.
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Manos a la obra: Todas las disciplinas artísticas (teatro, pintura, música, danza, literatura, etc.) son magníficas oportunidades para el desarrollo de habilidades para la vida pues lo hacen de forma integral, y entregan oportunidades para desarrollar pensamientos y sentimientos. Por ejemplo, el teatro contribuye con las habilidades de atención y concentración, manejo emocional y empatía, así como con el ejercicio de la creatividad.
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Estimulación temprana: como se mencionó antes, una de las etapas críticas para el desarrollo de las habilidades para la vida es la primera infancia, por lo que la estimulación temprana se convierte en una aliada para garantizar el desarrollo de las habilidades esenciales y aplicadas que se adquieren más adelante. El Ministerio de Educación Pública ha desarrollado una guía con consejos para estimular las distintas destrezas cognitivas, sensoriales, motrices y emocionales en la etapa inicial.
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¿Qué es lo que más te gusta hacer?: conocer los intereses y pasatiempos de tus hijas e hijos y ofrecerles espacios y oportunidades para explorar (tales como grupos, clubes, equipos deportivos) permitirá que, en la adolescencia, pueda explorar vocaciones profesionales y laborales.
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Información es poder: si bien este es un tema de moda, a veces no somos conscientes de la importancia del permanente aprendizaje de las habilidades para la vida, y entregamos menos espacios y oportunidades para consolidarse. Es vital que madres, padres y las personas adultas que cuidan o trabajan con niños, niñas y adolescentes, puedan informarse sobre qué y cuáles son las habilidades para la vida, cómo se definen y cómo se pueden desarrollar o fortalecer.
iSmart: una herramienta concreta para ti
World Vision tiene un programa continuo de formación en habilidades para la vida a través de su plataforma digital iSmart, donde las niñas, los niños y adolescentes podrán encontrar no solo información sobre cada una de las habilidades para la vida –según su etapa del desarrollo– sino también actividades para ponerlas en práctica y fortalecerlas.
CONCLUSIÓN:
En conclusión, las habilidades psicosociales –para la vida– son aquellas que le permiten a una persona afrontar las demandas y retos en todas sus dimensiones, así como mantener su bienestar integral, lo que, en el corto, mediano y largo plazo resultará en comportamientos positivos y adaptativos. Aunque se puede percibir cierta vaguedad cuando se habla sobre habilidades para la vida, la mayoría de los estudios y las disciplinas profesionales que trabajan el tema, coinciden en que estas tienen que ver con la toma de decisiones, el pensamiento crítico, las relaciones interpersonales, la empatía y el manejo emocional.
