El inicio escolar 2023, parece seguir los pasos del 2022, aunque realmente podría ser de cualquiera de los últimos 5 años. Las imágenes de centros educativos con órdenes sanitarias, malas instalaciones, falta de nombramientos docentes y algunos desechando nombramientos por estar en zonas alejadas o de riesgo social, sin herramientas de evaluación docente, instrumentos de medición del avance escolar de las personas menores de edad (todavía en construcción), se vuelve un común denominador de cada inicio de curso lectivo.
Este año, además, como si se tratara de un continuo de noviembre (2022) anterior, iniciamos con una violencia que se afinca en los ambientes escolares, como decíamos, en el artículo de la semana anterior Ciclo lectivo 2023, las prioridades más allá de la actualización docente y las evaluaciones, una de las problemáticas que más necesitan ser abordadas por las autoridades y las personas encargadas de niños niñas y personas adolescentes. Unas adolescentes en Coto Brus https://www.crhoy.com/nacionales/video-companeros-alentaron-rina-entre-colegialas-en-coto-brus/ se “agarraron a golpes” en medio del pasillo, mientras compañeros alentaban los golpes, grababan el hecho, una docente trataba de separarlas.
Como si todo lo anterior no fuera poco, una docente, al parecer, emitió juicios racistas que afectaron a una niña de apenas 5 años, en un centro educativo en Aserrí https://www.teletica.com/sucesos/defensoria-exige-que-mep-investigue-y-sancione-racismo-que-sufrio-nina-en-escuela-de-aserri_328929, que se une a otros casos similares del cual la Defensoría de los Habitantes ha tenido conocimiento. Y es que las discriminaciones en centros educativos no solo tienen que ver con el racismo, sino que se acumulan entre comentarios peyorativos por orientación sexual, etnia, nacionalidad y condición socioeconómica.
A la par del reforzamiento e impulso de los protocolos con los que cuenta el Ministerio de Educación Pública para atender situaciones de violencia, las familias deben prestar mucha atención a las conductas de sus hijas e hijos, que en
ambientes de agresiones psicológicas, emocionales y físicas no logran concentración, ni aprendizajes adecuados, esto porque el temor, la angustia y la tristeza les genera un estrés muy pesado de sobrellevar en medio de sus lecciones y espacios de recreación.
Algunos de los consejos o elementos a tomar en cuenta por parte de los padres, madres y personas menores de edad, tiene que ver, con la necesidad de permanecer siempre abiertos a las conversaciones difíciles y dolorosas -en algunas ocasiones-, con un buen manejo emocional, para procesar las situaciones que les comentan sus hijas e hijas, y sobre todo con la capacidad de trasmitirles tranquilidad y protección.
Es importante recordar que en el proceso educativo el involucramiento de las familias es fundamental, por eso se recomienda mantener diálogos en el hogar sobre:
o Regulación emocional, para manejar las propias emociones de manera apropiada.
o Prevención de violencias y cultura de paz, entendido como el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y su dignidad. Rechazo de la violencia en todas sus formas. (ONU).
o Respeto por la diversidad, al comprender que todas las personas son diferentes y esas diferencias no pueden ser motivo de discriminación bajo ninguna circunstancia.
o Elementos de protección, para saber identificar situaciones que amenazan su integridad y cómo defenderse y denunciar mediante los canales adecuados.
El acompañamiento de parte de las figuras parentales es necesario para que las personas menores de edad que están viviendo situaciones de violencia en el centro educativo, puedan encontrar una solución. Para ello, además de lo mencionado anteriormente, es importante que madres, padres o personas encargadas tengan una comunicación fluida con el personal docente y equipos interdisciplinarios y en conjunto buscar alternativas que rompan con los episodios de violencia.
