La educación ha sido objeto de múltiples estudios e investigaciones a lo largo de los últimos años. Los nuevos tiempos exigen que las metodologías tradicionales evolucionen y se añadan nuevas técnicas.
En la actualidad, gracias a la era digital y las innovaciones tecnológicas, tenemos acceso a un amplio abanico de herramientas capaces de transformar la experiencia de aprendizaje en una actividad totalmente entretenida.
Desde los dos años de vida los niños ya comienzan a manifestar una gran capacidad para fantasear, inventar, crear, construir y convertir cualquier acontecimiento en diversión y disfrute. Sin embargo, el juego además de entretener constituye una herramienta innata de aprendizaje; ya que supone una constante interacción con el entorno, con otros niños y con los adultos.
Hoy vamos a conocer dos metodologías activas de aprendizaje, que pueden impactar de manera muy positiva el desarrollo de los niños. ¡Comencemos!
1. Gamificación:
La gamificación es una metodología o técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo, con el fin de conseguir mejorar resultados, ya sea para absorber algunos conocimientos, mejorar una habilidad y recompensar acciones concretas entre otros objetivos.
Esta metodología de formación ha ganado terreno gracias a su carácter lúdico, la que permite interiorizar los conocimientos de una manera mucho más entretenida, generando una experiencia positiva en los niños.
La gamificación es muy efectiva, ya que consigue motivar, generar compromiso e incentivar el ánimo de superación.
Existen dos tipos de técnicas extrapoladas de los juegos:
1. Técnicas mecánicas: Formas de recompensar al niño en función de los objetivos alcanzados.
Algunos ejemplos son:
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Acumulación de puntos
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Escalada de niveles
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Obtención de premios
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Regalos
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Clasificaciones
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Desafíos
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Misiones de retos
2. Técnicas dinámicas: Hacen referencia a la motivación para jugar y seguir adelante en la consecución de los objetivos.
Algunas técnicas dinámicas más utilizadas son:
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Recompensa
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Estatus
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Logro
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Competición
La gamificación no busca crear un juego, sino valernos de los sistemas de puntuación, recompensa y objetivo, que normalmente componen a los mismos.
2. Aprendizaje basado en juegos
A diferencia de la gamificación, esta metodología (como bien dice su nombre) busca lograr el aprendizaje de un determinado contenido, mediante el uso de un juego.
En ella se utilizan juegos, ya creados o inventados para la ocasión, con el fin de poder aprender a través de ellos. Así, el juego se convierte en el vehículo principal para consolidar conceptos.
En esta metodología es muy importante que la jugabilidad y la entretención sean buenas. Existen muchos creados con el único objetivo de divertir (suelen tener bajo contenido académico) y aquellos diseñados específicamente para enseñar.
Los juegos creados con el único objetivo de divertir, normalmente son modificados para adaptarlos al contenido que se quiere enseñar.
Ejemplo de juego de mesa clásico:
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Risk: Juego estratégico, ideal para aprender geografía.
Ejemplo de juego educativo:
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Zingo: Juego de mesa enfocado al reconocimiento de imágenes y palabras
A estos dos ejemplos, podríamos añadir un tercero: nuestro propio juego para enseñar un contenido.
Las aplicaciones móviles tampoco se quedan atrás. Una de las herramientas digitales más usadas en las salas de clases hoy en día, es la aplicación Kahoot. Esta plataforma gratuita permite la creación de cuestionarios de evaluación, donde el profesor puede crear entretenidos concursos en la sala de clases para aprender o reforzar el aprendizaje de los alumnos.
¿Cuál de las dos metodologías es mejor?
Ambas pueden llegar a tener sus propias desventajas, ya sea desde la dificultad que puede llegar a tener la gamificación de una actividad en concreto, como la de conseguir un juego de mesa o acceder a una herramienta digital.
Lo que debemos entender y valorar, es que cada una de ellas aporta de manera distinta al desarrollo de las actividades educativas. Está en nuestras manos saber aplicar y complementar estas técnicas de la manera más efectiva posible.
Permite que otros niños encuentren espacios para su desarrollo.
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