Procurar una infancia y adolescencia en entornos seguros y cuidados es algo que todo menor se merece. Sin embargo, podemos ver cómo se vulneran sus derechos a diario, lo que genera situaciones riesgosas para su desarrollo emocional, físico y social. Mira estos 5 factores de riesgo.
Comencemos por comprender la definición de riesgo social: son aquellas variables que se dan en un entorno, comunidad o persona y pueden promover conductas y generar factores de riesgo en la adolescencia y la niñez.
Según el National Institute on Drug Abuse, organización que pertenece a la red de Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, existen diversos peligros que pueden afectar a niños y niñas en las diferentes etapas de su vida.
Sin tratamiento o contención temprana, cada situación de riesgo puede derivar en conductas como consumo de drogas u otras sustancias psicoactivas.
En este blog, te explicaremos cuáles son estos riesgos, en qué conductas concretas se traducen y cómo promover acciones protectoras para evitarlos.
5 factores de riesgo a tener en cuenta según su origen
De acuerdo a un estudio de Sabina Lila Deza Villanueva, Docente de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón de Perú, se pueden describir una serie de factores de riesgo según su procedencia, entre los que destacamos:
1. IndividualesSon aquellos propios de las personas, que les impiden desenvolverse en su entorno y generar relaciones, tales como la poca capacidad de resolución de conflictos, baja autoestima, ansiedad, síndromes depresivos, entre otros.
2. Familiares
Se relacionan con el ambiente más inmediato a la niña, niño o adolescente, donde se ven padres despreocupados o muy coercitivos, existe el abuso infantil, hay conflictos familiares, uso de sustancias por parte de los progenitores, entre otros fenómenos.
3. Escolares y de los pares
Guardan relación con las actitudes de los grupos de amigos, que pueden ser favorables a conductas de riesgo como el consumo de drogas. También, puede considerarse la pérdida de amistades como una vivencia traumática que deriva en conductas riesgosas.
4. Comunitarios
Una fuerte identificación con el barrio y la comunidad puede ayudar a contrarrestar un ambiente negativo, donde hay influencias de consumo de drogas, alcohol, abusos y otras conductas que alimentan negativamente el entorno de los jóvenes y niños.
5. Socioculturales:
Son las etiquetas con las que se designa a las personas por pertenecer a cierto grupo social. Tal como cita la autora, un ejemplo es el de los “jóvenes delincuentes”. Eso los predispone a tomar acciones de riesgo para su desarrollo e interacción con el entorno.
¿En qué conductas se pueden traducir estos factores?
Todos los tipos de vulnerabilidad infantil que mencionamos pueden incidir en conductas concretas de riesgo. Acá enumeramos algunas, según lo que menciona el Doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, Javier Urra en el sitio Magisterio.
- Violencia de género
Existen muchos escenarios donde se disminuye a las niñas solo por ser mujeres, lo que se puede ver dentro del ambiente familiar, comunitario y escolar.
- Consumo de drogas
En comunidades donde hay acceso y abuso de sustancias como drogas y alcohol, se puede ver mayor acceso en niñas, niños y adolescentes.
- Trastornos alimentarios:
Es importante el cuidado y prevención de conductas que puedan llevar al desarrollo temprano de enfermedades como anorexia y bulimia.
- Acoso escolar:
Las instituciones, profesores y padres deben estar atentos a cambios de conducta en los estudiantes, sin minimizar las agresiones, e inculcar en los menores empatía y respeto.
¿Qué herramientas existen para proteger a las y los niños y adolescentes?
Además de entender qué son riesgos sociales, es necesario también conocer las herramientas que podemos usar para evitar la vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Si bien hay sectores de la sociedad mucho más expuestos a experimentar uno o más factores de riesgo escolares y sociales, existen acciones protectoras para amortiguarlos y revertir sus efectos.
La docente de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Sabina Lila Deza, cree que en esos ambientes donde se propician las conductas de riesgo, también puede aparecer la resiliencia como la capacidad de cada persona de reponerse ante situaciones complejas y salir adelante.
De acuerdo al sitio youth.org, existen una serie de factores protectores, de acuerdo a cada una de las categorías que mencionamos anteriormente.
Factores individuales
Algunos de los elementos protectores son el desarrollo físico e intelectual; potenciar la autoestima, y regular las emociones.
Además, se deben fortalecer las habilidades que propicien una buena resolución de problemas. Esto se logra al establecer conexiones significativas con el colegio, los compañeros, el deporte, la religión y la cultura.
Factores familiares
Es importante crear ambientes y estructuras donde prevalezca el respeto y la empatía. Todo sobre una base estructurada, donde existan los límites puestos con cariño y donde la niña, niño o adolescente sepa qué esperar.
Factores escolares, del barrio y la comunidad
Todas son organizaciones que pueden prestar seguridad física y psicológica fuera del núcleo familiar.
En ellas, es importante la presencia de mentores que sean ejemplos de liderazgos positivos y que permitan que las niñas, niños y adolescentes desarrollen habilidades e intereses por medio de normas claras y respetuosas.
Ahora que sabes más sobre los factores de riesgo en la adolescencia y la niñez, tienes más herramientas para proteger a tus hijos y garantizar la seguridad de los niños, niñas y adolescentes de tu entorno familiar y social.